El Cercle d’Economia, juntamente con el CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs), os ofrece cada mes un breve análisis de la situación geopolítica global
Pol Morillas, director del CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs) y miembro de la Junta Directiva del Cercle d’Economia
El desorden en el orden internacional
Gestionar la bipolaridad. El pasado 11 de marzo CIDOB organizó su conferencia anual War and Peace in the XXIst Century bajo el título “China and the US: can bipolar confrontation be avoided?”, cuyas conclusiones fueron las siguientes. La conferencia partía de una nota más positiva que el resultado de la discusión que tuvo lugar entre expertos chinos, americanos, indios y europeos. El objetivo era discutir si se podía evitar la bipolaridad entre China y EE. UU, en un diálogo muy representativo del estado del debate mundial actual. También analizar si los bienes públicos globales y la cooperación pueden ayudar a superar esta bipolaridad, precisamente porque por mucha tensión que esté viviendo la geopolítica global, los desafíos globales siguen siendo de carácter transnacional (clima, pandemias, nuclear, crisis de deuda…). El resultado fue que esta bipolaridad, en el mejor de los casos, solo se puede gestionar.
La paradoja entre una creciente bipolaridad y la necesidad de cooperar ante amenazas transnacionales se debe a que el orden global está a la deriva. Vivimos en una era de confrontación geopolítica global, pero también en una era caracterizada por un profundo sentimiento de desorden o coexistencia entre órdenes. Esto se debe a la presión interna que existe sobre las políticas exteriores de muchas naciones. Y también a que el multilateralismo no puede responder a los desafíos transnacionales cuando el marco en el que operan las potencias globales es sólo el del interés nacional. Vivimos en una era de “club-alización”, es decir, la globalización de clubes de aliados en pro de intereses compartidos o la construcción de esferas de influencia.
Sin embargo, debe haber un cumplimiento mínimo de las normas constitutivas del orden, como la soberanía y la integridad territorial. Si y cuando se respete esta agenda mínima, las potencias globales deberían estar en mejores condiciones para construir una agenda positiva de soluciones multilaterales que nos ayuden a gestionar el desorden.
Entonces, ¿cómo lidiar con la competencia global y evitar un gran conflicto entre poderes? Las discusiones y negociaciones tangibles sobre la tecnología como elemento central de la rivalidad entre China y Estados Unidos probablemente conduzcan a mejores resultados que las negociaciones sobre posiciones, principios o valores ideológicos absolutos. El mundo es demasiado diverso hoy, pero sigue estando interconectado. En cuanto a Europa, las consecuencias de la guerra en Ucrania, el hecho de estar atrapada en la rivalidad global, y la necesidad de jugar un papel más geopolítico son dilemas que empiezan a ser tangibles un año después de la guerra en Ucrania.
La confrontación China-EEUU. La tensión generada tras la detección de un globo espía chino en Estados Unidos no ha sido el factor más determinante para su confrontación. Las relaciones entre Washington y Beijing empezaron a deteriorarse hace años, con la llegada de Xi Jinping al poder en 2012. No mejoraron con Trump, y sin duda no lo han hecho tampoco con Biden en la presidencia. Pero, recientemente, la relación bilateral está en un estado de deterioro creciente, incluso llegando a provocar acusaciones directas de Xi Jinping a los Estados Unidos por primera vez en la historia.
Aunque el elemento clave de la enemistad entre ambas potencias es la competición tecnológica en la que Estados Unidos trata de dejar atrás a China, hay además una guerra comercial, unas restricciones en las tasas de exportación, e incluso declaraciones por parte de Biden de una confrontación existencial entre autocracias y democracias. Las normas globales y las alianzas occidentales no sirven como reglas a una China que rechaza explícitamente el orden internacional de carácter liberal, y que no cree en unos derechos humanos universales.
Las hostilidades son claras y se resumen en la tensión entorno a Taiwán. No está claro que la confrontación sea una prioridad inmediata para Xi Jinping. Y ocurre lo mismo con Estados Unidos, aunque lo único en lo que están de acuerdo demócratas y republicanos es en la amenaza global que representa China. Buena parte del resto de asuntos internacionales se leen hoy en clave de derivadas de la confrontación geopolítica entre Washington y Beijing. China, por su parte, sigue manteniendo una buena relación con Rusia y pretende erigirse como mediador neutral. Es fiel a Rusia, pero no renuncia a la posibilidad de reparar relaciones con los estados europeos.
“Get Brexit done”. Después del Brexit, las consecuencias para la economía británica han sido destacables en comercio exterior, inversiones extranjeras, aumento de los costes de transporte, gestión de las fronteras e insuficiencia de mano de obra. Al final del periodo de transición tras el Brexit, en enero de 2021, las exportaciones a la UE cayeron en un 45% respecto al mes anterior y las importaciones, en un 33%. Tras el impacto de la pandemia y los efectos de la guerra de Ucrania en la subida de los precios de la energía y los alimentos, la situación socioeconómica en el Reino Unido sigue siendo delicada.
Las mayores preocupaciones de los británicos son hoy la economía y la inflación, seguidas por la atención sanitaria. Más del 54% de la población británica piensa que el Brexit fue un error, y ha crecido el número de personas en contra de la decisión de abandonar la UE. Un 57% los británicos votarían volver a formar parte del club comunitario. De momento, tanto conservadores como laboristas se oponen a cualquier cambio en este sentido, pero los efectos del Brexit volverán a ser un tema de debate en la campaña de las elecciones generales de 2025, casi 10 años después de la salida del Reino Unido de la UE.
Uno de los cambios recientes en la relación entre la UE y el Reino Unido se produjo el pasado 28 de febrero, cuando ambos acordaron revisar el Protocolo de Irlanda del Norte, con el objetivo de eliminar la posibilidad de nuevos controles de mercancías que crucen la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, asegurando la integridad de un mercado único de la UE, facilitando el libre acceso de las mercancías de Irlanda del Norte al resto del Reino Unido, e incluyendo los bienes de Irlanda del Norte en los acuerdos de libre comercio entre el Reino Unido y países terceros. Según la UE, poco ha cambiado respecto al protocolo existente: sigue considerándose fundamental la integridad y seguridad del mercado único europeo. Para Rishi Sunak, en cambio, el acuerdo le permite mejorar su popularidad, aumentar su perfil internacional y dar por bueno aquello que Johnson no consiguió: “get Brexit done”.
Georgia y el sueño europeo. El primer partido de Georgia propuso y luego retiró, tras numerosas protestas en las calles de la capital, una ley para controlar a organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación. La ley se inspiraba en la legislación rusa para considerar “agentes extranjeros” a aquellas organizaciones que reciban fondos del exterior (un 20% de su presupuesto) o a periodistas que trabajen con medios de comunicación extranjeros. Esta denominación impondría una serie de restricciones y la entrada de estas organizaciones en una lista negra del Ministerio del Interior, bajo amenaza de prisión en caso de incumplimiento. De esta forma, se establecería un control sobre las iniciativas civiles y se reduciría difusión de información sin control por parte del gobierno. Las críticas de la Unión Europea y, sobre todo, las manifestaciones masivas en Georgia provocaron la retirada de la propuesta del partido “Sueño Georgiano”, que además no contaba con el apoyo del resto de partidos.
Las protestas contra esta ley pueden leerse en clave de ramificaciones de la guerra de Ucrania. El 80% de la población de Georgia es partidaria de su ingreso en la UE. De hecho, Georgia solicitó su adhesión a la UE en marzo de 2022, junto con Ucrania y Moldavia y como respuesta a la guerra de agresión rusa. Sin embargo, los estados miembros de la UE negaron a Georgia su condición de candidato, algo que sí acordaron para Ucrania y Moldavia. Las razones fueron el estancamiento de las reformas políticas y judiciales para iniciar formalmente el procedimiento de adhesión. Las protestas en Tiblisi, donde los manifestantes ondearon la bandera europea, muestran el distanciamiento de la oposición hacia el principal partido de gobierno, al que acusan de creciente acercamiento a Moscú, y la aspiración europea como motor de reforma en los países de la Europa oriental.
Aumenta la violencia en Israel y Palestina. Desde principios de febrero, la situación entre Israel y Palestina vuelve a ser especialmente tensa. Se han sucedido bombardeos en Gaza, ataques de colonos israelíes en ciudades palestinas y atentados contra fuerzas de seguridad israelíes, colonos y sinagogas. La escalada de violencia sucede en un contexto político caracterizado por la llegada de la extrema derecha al gobierno de Israel de la mano de Benjamin Netanyahu y la creciente polarización en la sociedad israelí, en particular tras la propuesta del gobierno de llevar a cabo una reforma que podría impedir que el Tribunal Supremo revisase o anulase las leyes de la Knesset si las considera contrarias a los valores constitucionales, y le permitiera nombrar a jueces sin restricciones. En el lado palestino emergen nuevas milicias que escapan del control de la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania. Grupos muy radicalizados como Lion’s Den en Nablus van ganando apoyo entre la población. Con una inestabilidad creciente, la solución de los dos estados se aleja progresivamente. En buena medida, porque la situación sobre el terreno hace impensable la instauración de un estado palestino con continuidad territorial, debido al aumento continuado de territorio en manos de colonos israelíes. Diversas voces señalan que la solución pasaría por un solo estado israelí donde los derechos de la población árabe y palestina sean totalmente respetados.
Pol Morillas
12 de marzo de 2023
Con la colaboración del CIDOB.
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