Las claves económicas del mes. Noviembre 2022

La inflación se acerca al punto de inflexión

El Cercle d’Economia, juntamente con CaixaBank Research, os ofrece cada mes un breve análisis de la situación económica global.

Oriol Aspachs, Director de Economía Española en CaixaBank Research y Secretario Técnico de la Junta Directiva del Cercle d’Economia.

La inflación se acerca al punto de inflexión

Las claves económicas del mes. Noviembre 2022

Por Oriol Aspachs

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La inflación se acerca al punto de inflexión. En la eurozona, la inflación todavía aumentó en octubre, hasta el 10,7% interanual. En cambio, en EE. UU. ya empezó a retroceder, deslizándose hasta el 7,7% (8,2% en septiembre). En España también registró un notable descenso y se situó en el 7,3%, 1,6 p. p. por debajo del registro de septiembre. En este caso, el prin­cipal motivo de la moderación fue la caída de los precios de la electricidad que, según los datos de Red Eléctrica de España, alcanzaron mínimos no vistos desde agosto de 2021. A su vez, este descenso de los precios de la electricidad ha venido dado por el desplome del precio de referencia del gas ibérico (MIBGAS), que cayó un 46% en el mes de octubre, gracias al abastecimiento de las reser­vas de gas y al bajo consumo por las elevadas temperaturas. En los próximos meses la inflación aún se mantendrá en cotas elevadas, pero es de esperar que poco a poco vaya encauzando una tendencia a la baja. La velocidad a la que vaya reduciéndose sigue siendo muy incierta y depende, sobre todo, de la evolución de los precios de la energía, de la contención de los efectos indirectos del shock energético sobre el conjunto de la cesta de bienes, así como de los posibles efectos de segunda ronda que se puedan producir a través de mayores aumentos salariales.

Los bancos centrales reducirán el ritmo de subida de los tipos de interés. En octubre, el BCE subió los tipos oficiales en 75 p. b. por segundo mes consecutivo, en línea con lo esperado, de manera que el tipo de interés de la facilidad de depósito ya se sitúa en el 1,50% (+200 p. b. desde julio). El BCE ha dejado entrever que los próximos meses reducirá el ritmo de las subidas. En este sentido, es clave que las presiones inflacionistas se vayan reduciendo según lo esperado. De confirmarse, el tipo de la facilidad de depositó probablemente acabará situándose alrededor del 2,5% en marzo de 2023, momento en el que el BCE podría dejar de subir los tipos. Por su parte, en noviembre la Reserva Federal subió los tipos de interés en 75 p. b. hasta el intervalo 3,75%-4,00%, y también se espera que los tipos sigan subiendo los próximos meses a un ritmo menor, hasta situarlos cerca del 5%.

El PIB de EE. UU. y la eurozona aguanta el tipo. En la eurozona, el ritmo de avance se mantuvo en terreno positivo en el 3T, con un crecimiento del 0,2% intertrimestral. El avance fue generalizado por países, y sorprendió la resistencia de la actividad en Alemania (+0,3 intertrimestral) e Italia (+0,5%). De todas formas, la probabilidad de ver retrocesos de la actividad en los próximos meses es significativa, como apunta el deterioro de los principales indicadores de clima y opinión empresarial. Por su parte, en EE. UU. el PIB creció un 0,6% respecto al trimestre anterior (+1,8% interanual), el primer avance intertrimestral de 2022 tras las dos caídas anteriores. Aunque el 4T ha empezado con buen pie con la creación en octubre de 261.000 puestos de trabajo, preocupa el enfriamiento del consumo privado y la fuerte contracción de la inversión inmobiliaria. El PIB de China recobró fuelle en el 3T (+3,9% intertrimestral), pero la fuerza de la recuperación parece haber ido a menos en otoño.

En España el PIB también aguanta. El ritmo de crecimiento se moderó, en línea con lo esperado, con un avance del 0,2% intertrimestral (3,8% inte­ranual), un registro muy inferior al del trimestre anterior (1,5% intertrimestral). En el último trimestre de 2022 y durante el primero de 2023, el PIB probablemente se mantendrá estancado y no se puede descartar un ligero retroceso a causa de la presión que el aumento de la inflación y de los tipos de interés ejercerán sobre el consumo de los hogares y la inversión. A partir del segundo semestre del año que viene, la recuperación debería ir ganando tracción, aunque a un ritmo moderado debido a la previsible persistencia de las tensiones en los precios de la energía. Así, para el conjunto del año se espera que el crecimiento del PIB se sitúe alrededor del 1,0%.

El mercado laboral aguanta mejor de lo esperado, pero es de esperar que pierda gas en los próximos meses. Concretamente, el número de afiliados a la Seguridad Social creció en 103.499 personas en octu­bre, una cifra superior a la habitual en este mes (en prome­dio, la afiliación ha crecido en 82.200 personas en los meses de octubre de 2014 a 2019). Por su parte, se siguieron notando los efectos de la reforma laboral sobre la evolución de la tasa de temporalidad, que cayó hasta el 15,7% (27,6% en octubre de 2021), nuevo mínimo histórico, gra­cias en parte a la utilización de contratos fijos discontinuos en detrimento de los contratos temporales. El paro registrado cayó en 27.027 personas. Se trata de una cifra muy positi­va, puesto que en los meses de octubre el paro registrado acos­tumbra a crecer (69.000 personas en el promedio de 2014-2019).

El sector turístico cerró la temporada de verano en muy buena forma. El tercer trimestre se saldó con un nivel de pernocta­ciones en alojamientos turísticos apenas un 1,3% por debajo de las del verano de 2019, frente a la brecha del –27,7% del verano de 2021. El turismo internacional continuó mejorando a gran velocidad y alcanzó un nivel de pernoctaciones y de gasto turís­tico solo un 5,9% y un 3,1% inferiores a los del mismo periodo de 2019, respectivamente. El turismo doméstico alcanzó un volu­men de pernoctaciones un 6,6% superior al de 2019, aunque, a causa de un mayor número de viajes al extranjero, se situó un 5,2% por debajo del verano de 2021. Con miras a 2023, es de esperar que la actividad turística continúe creciendo y supere el nivel de 2019, apoyada en una mejora de la movilidad aérea en Europa, superando el episodio de saturación aeroportuaria vivido en verano, y en la recuperación del turismo de larga distancia.

Primeras señales de menor dinamismo en el mercado de la vivienda. Las compraventas se mantie­nen elevadas (640.000 en los últimos 12 meses hasta agosto), pero el crecimiento se moderó hasta el 15% interanual en agosto frente al 23% del primer semestre. En 2023, es de esperar que el mercado de la vivienda se enfríe, si bien la ausencia de desequilibrios ale­ja la posibilidad de un ajuste fuerte: las compra­ventas probablemente retrocederán algo más de un 10% (hasta las 480.000 transacciones de vivienda) y el ritmo de crecimiento de los precios (MITMA) se desacelerará hasta un avance anual del 1,5%, lo que en términos reales supon­dría un ajuste considerable (–5,6% acumulado en 2022-2023). Por otra parte, la oferta de vivienda sigue siendo limitada: los visados de obra nueva (108.000 unidades en los últimos 12 meses hasta agosto) son inferiores a la creación neta de hogares (180.000 anual hasta el 2T 2022). Un factor que ha limitado la recuperación de la oferta pospandemia ha sido el fuerte incre­mento de los costes de construcción. Recientemente, la tenden­cia alcista de los costes parece haberse frenado (15,1% inte­ranual en agosto, frente al pico del 19,5% en mayo), y el descenso de los precios de los metales industriales en los mercados inter­nacionales apunta a unos avances más contenidos de los costes de construcción.

Oriol Aspachs

Noviembre de 2022

Con la colaboración de:

CaixaBank Research