De vez en cuando, los países necesitan pararse a pensar su futuro. Esos momentos acostumbran a coincidir con situaciones de crisis que ponen a prueba la capacidad de una sociedad para repensar decisiones pasadas, así como la habilidad de sus dirigentes para llegar a acuerdos que permitan abordar las diferentes dimensiones de la crisis y abrir una nueva etapa de progreso.
España vivió uno de esos momentos a finales de los setenta.
En aquella ocasión hubo que partir de cero, pero se supo afrontar los cambios políticos que permitieron abrir un ciclo prolongado de progreso económico, social y político
Hoy, de nuevo, las circunstancias nos obligan a pararnos a pensar el futuro y poner a prueba nuestra capacidad para llegar a acuerdos que abran un tiempo nuevo. Así lo expresábamos en una Opinión de Actualidad publicada en estas mismas fechas hace dos años bajo el título de “Fin de ciclo. Tiempo nuevo”.
Todas las entradas en el archivo
Continuar