Barcelona, la cultura y sus prioridades

Los equipamientos culturales, los iconos globales, el turismo masificado, el diálogo ciencia-humanidades, la educación, el tejido asociativo, la neurociencia, las ideas recibidas.

Todos estos temas y otros tuvieron su espacio en la conversación que abrió el ciclo Pensar Barcelona, ​​”Barcelona, ​​la cultura y sus prioridades”, entre Marta Gili, Ricard Solé y Jordi Amat bajo la moderación atenta de Josep Ramoneda, quien inició el debate señalando cuatro ideas motoras: Barcelona ciudad de cultura que debe tener a los barceloneses como primeros destinatarios de una política cultural activa; la necesidad de una reactualización y redefinición de los equipamientos culturales; la internacionalización como práctica que debe darse entre iguales y con la coproducción como un principio que debe ser activo, no sólo escaparate de los demás; y el capital impagable que representa la multitud de escuelas, cursos, seminarios, debates, grupos y asociaciones que hay por toda la ciudad.

El sector del libro tiene un papel clave en el papel definidor de la marca Barcelona, ​​conformador de un tejido muy denso, fundamental en la vida cultural barcelonesa.

Jordi Amat

A partir de estas premisas se desgranan las opiniones del resto de participantes. Ricard Solé afirma que “Barcelona ha conseguido una masa crítica muy importante de comunicadores científicos. La aproximación de ciencia y humanidades es clave para el desarrollo cultural de la ciudad”, mientras que Jordi Amat señala la importancia del sector del libro “y su papel clave en el papel definidor de la marca Barcelona, ​​conformador de un tejido muy denso, fundamental en la vida cultural barcelonesa” o “la nostalgia de ser la ciudad que ya no podremos ser: no tendremos nunca una colección artística que nos permita competir con los grandes museos del mundo”.

Tener cuatro iconos de relevancia internacional es tener muchos.

Josep Ramoneda

En este sentido Marta Gili incide en la falta de visibilidad de colecciones importantísimas como la del MNAC y afirma que “los museos del siglo XXI no pueden desligarse de las inquietudes de las sociedades que los acogen. Y uno de sus propósitos principales debe ser el de poner en crisis las ideas recibidas”. Y apunta la preocupación que le provoca el hecho de constatar que “internacionalmente, la imagen de Barcelona como ciudad a la vanguardia cultural ha cambiado debido a la masificación del turismo”, un turismo en busca de tan sólo los cuatro iconos mundiales de referencia, Picasso, Miró, Dalí y Gaudí.

Aunque, como señala Josep Ramoneda, “tener cuatro iconos de relevancia internacional es tener muchos”. Y una consideración final, apuntada por el mismo Josep Ramoneda: “Necesitamos la cultura para que nos proporcione una perspectiva que nos debe permitir no dejarnos obsesionar por los esnobismos de última hornada, una cultura que estimule la curiosidad. Por que la curiosidad es el motor del conocimiento”.

https://www.youtube.com/watch?v=SsuiZQA5xT0&feature=youtu.be