Liberation day
Donald Trump había anunciado el 2 de abril como el día de la liberación de Estados Unidos, el momento en que haría público un nuevo paquete de aranceles globales para liberar al país de la "amabilidad y generosidad" que tiene comercialmente con el resto y que no es "justa ni recíproca" (Economist). Según Jason Furman (New York Times), estas medidas solo reducirán el comercio global, aumentarán la inflación, afectarán negativamente al crecimiento económico, y acabarán favoreciendo estratégicamente a China. Pero esto responde a ideas del pasado, creen en The Economist donde las consideran propias del siglo XIX. Coinciden Foster y Fleming (Financial Times) que consideran que la nueva fórmula arancelaria impulsada por Donald Trump, basada en la relación del déficit comercial bilateral, es económicamente incoherente y no conseguirá su objetivo declarado de eliminar estos déficits.
Apunta Zaki Laïdi (Project Syndicate) que el presidente norteamericano pretende arrinconar Europa, a quien percibe como un obstáculo, y establecer alianzas con regímenes autoritarios como Rusia, China o Turquía, a la vez que impulsa una "fortaleza norteamericana" protegida por muros arancelarios. En ello coincide Thomas L. Friedman (New York Times) que compara la estrategia del gobierno de Xi en inversiones en infraestructuras con la de Trump más propia del pasado. A la idea de que los aranceles representan un cambio de orden mundial se suma Martin Wolf (Financial Times), que afirma que Pekín proyecta estabilidad y se ofrece como garante de un nuevo orden económico global. La "revolución cultural" económica de Trump podría acelerar su ascenso como alternativa al liderazgo occidental.
Para medir el impacto global, Daisuke Wakabayashi y River Akira Davis (The New York Times) recogen las reacciones de urgencia en todo el mundo: los mercados se han desplomado y las perspectivas económicas de muchos países emergentes, particularmente en Asia, han empeorado. En definitiva, el impacto va más allá de la economía. David E. Sanger (The New York Times) advierte que estas medidas están desmantelando las alianzas transatlánticas y transpacíficas tejidas durante ocho décadas. En ella coincide Joseph S. Nye (Project Syndicate) recuerda que el orden mundial no cambia únicamente por la distribución de poder, sino por las decisiones y errores de las grandes potencias y advierte que en 2025 puede convertirse en un punto de inflexión histórico, comparable a 1945.
En Europa, por su parte, Ursula Von der Lyen ha anunciado una respuesta coordinada y proporcional de la Unión Europea. Bernhard Warner (New York Times) explica uno de los mecanismos: "Instrumento Anticoerción (ACI): una herramienta legal creada en 2023 para limitar el acceso de los servicios de empresas norteamericanas al mercado europeo. Esto ayudaría a equilibrar la balanza comercial con el objetivo de presionar a Estados Unidos. Camille Gijs (POLÍTICO) apuntaba a sectores como la tecnología y la banca como objetivos de la respuesta europea. Mientras tanto, la guerra comercial y la fractura geopolítica desencadenada por el nuevo mandato de Trump obliga a Europa a acelerar su autonomía estratégica. En este contexto, explica Catherine E. De Vries a POLÍTICO que la Unión Europea asume que su seguridad requerirá sacrificios sociales y económicos, con un incremento del gasto militar y una mayor carga para los ciudadanos, un contexto que podría alimentar el malestar social y favorecer a la extrema derecha populista.
También hay reacciones internas a las políticas de Trump. Justo antes de anunciar las nuevas medidas proteccionistas, el presidente y su entorno sufrieron un fuerte aviso electoral: Elon Musk convirtió unas elecciones judiciales en Wisconsin en un referéndum sobre su propia figura. Después de haber invertido más de 20 millones de dólares y de haber declarado que el futuro de la civilización occidental dependía del resultado perdió por más de 10 puntos, lo explica Michelle Cottle (The New York Times). Según Alex Ward (POLITICO) Trump habría transmitido a su entorno la intención de alejar a Musk del gobierno. Más allá del impacto inmediato, estas elecciones reflejan un síntoma de fondo: Musk y las políticas impopulares de Trump están alimentando la rabia del electorado progresista y movilizándolo, mientras que los republicanos dependen de un electorado menos motivado y saciado por la victoria del magnate, lo explica Kristen Soltis Anderson (The New York Times).
La batalla arancelaria, pues, no sólo impacta en el comercio global. Acelera la polarización política interna y genera la fragmentación de un orden liberal que Trump está determinado a transformar desde que ha vuelto a la Casa Blanca. Edward Luce (Financial Times) analiza las diez semanas que lo han cambiado todo. La pregunta es, ¿quién sale beneficiado? (The Economist).
Con la colaboración de: