El camino de Trump por la paz
Donald Trump y Vladimir Putin han escenificado su primer gran acercamiento con una llamada que, según el Kremlin, abre la puerta a una solución negociada para la guerra en Ucrania (The Economist). Pero el entendimiento llega con condiciones: Rusia quiere negociar directamente con los Estados Unidos, dejando Europa y Kiev al margen. Se dibuja, pues, el camino de Trump hacia la paz.
La estrategia pasa por una vía rápida para acabar con el conflicto. Sin embargo, los analistas alertan de que esta aproximación puede tener consecuencias profundas tanto para Europa como para el orden global. Según Zhanna Nemtsova (Politico), cualquier negociación debe tener en cuenta que la guerra no fue causada por amenazas externas, sino por la dinámica interna del poder ruso. Por ello, Mijaíl Zygar (The New York Times) añade que Putin no tiene un verdadero interés en poner fin a la guerra. Para él, el conflicto es una herramienta para mantener el control doméstico y dividir a sus adversarios. Barnes y Santora (The New York Times), analizan qué piensan la población rusa y ucraniana.
Mathieu Lefèvre y Tim Dixon (Project Syndicate) afirman que la postura de Donald Trump respecto a Ucrania se encuentra desconectada del apoyo mayoritario de la población en Estados Unidos y en Europa. Pero el aspecto más polémico de la posición de Trump es su interés en el control de las centrales nucleares ucranianas, lo explica Constant Méheut (The New York Times). Es por estos intereses ocultos que Thomas L. Friedman (The New York Times) es escéptico sobre las conversaciones entre Trump y Putin sobre Ucrania y afirma que ninguno de los dos líderes son de fiar ni piensan en el interés general.
Mientras tanto, Europa se ve atrapada en este nuevo escenario. Viktor Orbán continúa utilizando su posición dentro de la UE para bloquear sanciones y proteger sus intereses populistas, según Andrew Duff y Luis Garicano (Politico). No obstante, Gabriel Gavin (Politico) destaca que la UE ha empezado a buscar maneras de avanzar sin el apoyo del húngaro.
Los equilibrios entre líderes se combinan con la necesidad imperante de que Europa afronte un reto económico importante: ser autosuficiente. Kathryn Carlson (Politico) y Luc Frieden (Financial Times) coinciden en que la UE necesita movilizar capital privado para reforzar su seguridad y competitividad. A su vez, Bartosz Węglarczyk (Project Syndicate) señala que Europa debe abandonar su dependencia militar de estados Unidos y desarrollar una estrategia autónoma de defensa. Aunque parece el momento indicado para hacerlo, Janan Ganesh (Financial Times) ve prematuro hablar de una Europa unificada y decidida. A pesar de los esfuerzos por aumentar el gasto en defensa, la falta de un consenso claro sobre el despliegue de fuerzas y los sacrificios necesarios para la defensa europea indican que Europa aún no se ha despertado del todo.
Mientras tanto, la distancia entre Europa y los Estados Unidos podría convertirse en una ruptura estructural a largo plazo. Carl Bildt (Project Syndicate) advierte que este distanciamiento no se limitará a una mala relación con la administración actual, sino que podría transformar las relaciones internacionales y poner fin al sistema establecido después de la Segunda Guerra Mundial. En este contexto, Anne Applebaum (The Atlantic) destaca que Europa, que antes veía a Estados Unidos como un aliado defensor de valores comunes, ahora percibe en Trump una figura autoritaria y despectiva, un cambio que podría redefinir la geopolítica global en las próximas décadas.
De hecho, The Economist destaca que Putin ha parado una trampa a Trump: intenta convencerle de que la cuestión de Ucrania es solo un detalle en una relación mayor con Rusia. Ofrece promesas de cooperación geopolítica y económica para atraer a Trump, pero, en realidad, Putin quiere conseguir que Trump afloje la presión sobre Rusia, debilitando así las alianzas occidentales y poniendo en peligro la seguridad europea y mundial. El camino hacia la paz de Trump, parece ir en la dirección contraria de lo que la llevó hace ochenta años.
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