Donald Trump ya vuelve a ser presidente de Estados Unidos. Su toma de posesión estuvo marcada por un discurso que refuerza sus líneas maestras de campaña: economía, seguridad y soberanía nacional. Pero ¿qué nos dice este discurso sobre los próximos cuatro años? Dos análisis clave intentan dar respuesta a esta pregunta. Por un lado, el artículo de Politico de Jonathan Harris plantea que Trump podría convertirse en un gran presidente si apuesta por la unidad y el pragmatismo. De la otra, el análisis de Jeff Greenfield, también de Politico, del discurso inaugural revela pistas sobre cuáles serán las prioridades de su administración y su enfoque hacia los desafíos domésticos e internacionales.
En la política interna, Rachael Bade (Politico) afirma que tenemos que esperar una ofensiva legislativa muy agresiva, gracias a la mayor coordinación con los republicanos del Congreso, ahora mucho más fieles a Trump que la primera vez. Según los articulistas del Financial Times, su estrategia parece estar más enfocada a consolidar el poder y establecer un legado duradero en temas como la regulación económica y la influencia global de Estados Unidos. Sobre los personajes más importantes de la nueva Casa Blanca, escriben Burns y Messerly (Politico). En cuanto a la economía, los principales analistas del Project Syndicate analizan cómo será el mandato en el plano económico.
En cuanto a la política exterior, Estados Unidos afronta retos significativos que podrían redefinir la orden global en tres frentes principales. En primer lugar, la relación con China, Yanis Varoufakis (Project Syndicate) señala el dilema que afronta Pekín: desafiar la hegemonía del dólar o mantener una relación pragmática con Washington. En segundo lugar, el Próximo Oriente donde Trump tendrá que decidir si mantiene la postura confrontativa de su primer mandato o busca vías diplomáticas para estabilizar la región, según Thomas Friedman en The New York Times. Finalmente en Ucrania, donde, a ojos de Politi y Miller (Financial Times), la incertidumbre sobre el apoyo norteamericano y las posibles negociaciones con Rusia podrían cambiar el equilibrio de poder en Europa.
A nivel global, el nuevo mandato de Trump llega en un mundo cada vez más multipolar, con la Unión Europea, Rusia y China consolidando su papel en la escena internacional. Para Martin Wolf (Financial Times) la capacidad de Trump para gestionar estas relaciones será determinante para su influencia en los próximos años. De hecho, la gran duda es si veremos un Trump continuista a nivel global o disruptivo (como anunciaba en campaña) como demuestra el abandono de instituciones como la OMS donde tienen un papel de liderazgo (The Economist). Al hacerlo, estamos ante lo que, en The Economist,califican como un nuevo imperialismo americano. Esto implica una redefinición de las normas de la actual orden internacional, tal como explica Ezra Klein (The New York Times). Trump busca imponer una visión más transaccional de las relaciones diplomáticas, priorizando los intereses inmediatos sobre los valores democráticos tradicionales.
Profundiza al respecto Joseph E. Stiglitz en Project Syndicate, que afirma que la elección de Trump representa "el fin del progreso", puesto que sus políticas y retórica ponen en cuestión los adelantos en derechos sociales, cambio climático y gobernanza económica. La derecha norteamericana ha consolidado su victoria en la guerra cultural, según Thomas B. Edsall The New York Times. El movimiento MAGA ha ganado "corazones y mentes", influenciando profundamente el discurso político y redefiniendo valores tradicionales, a menudo a expensas de la diversidad y la inclusión. Esta polarización podría debilitar la cohesión social y alimentar la desconfianza en las instituciones democráticas.
En resumen, la reelección de Trump podría marcar un antes y un después en la democracia norteamericana, con un viraje hacia un modelo de gobierno más autoritario, menos respetuoso con los equilibrios de poder y más centrado en la consolidación de su liderazgo personalista. Y, en el otro lado, no sabemos quién lo podría enfrentar. Ante el retorno de Trump a la presidencia, el Partido Demócrata tratará de frenar las políticas de Trump tanto como pueda mientras trabaja para redefinir su mensaje y construir alianzas con el sector privado y la sociedad civil, con el objetivo de reconectar con los votantes clave y prepararse para las próximas elecciones, en las cuales esperan recuperar el terreno perdido. Lo explican Scholtes, Wu y Tully en Politico.
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