Trump ha vuelto. La imagen del presidente electo y el presidente reunidos en la Casa Blanca (que no se produjo hace cuatro años con los mismos protagonistas con los papeles cambiados) ilustra el regreso del magnate norteamericano a la Casa Blanca cuatro años después. Adam Cancryn (Politico) recoge qué pasó en el encuentro de presidentes.
¿Cómo ha conseguido Trump llevarse, con cierta comodidad, unas elecciones que llegaban más que ajustadas? Daniel McCarthy (New York Times) nos explica su teoría de cómo se lo ha hecho para ganar. Tres factores que han sido decisivos para su victoria: el amplio apoyo entre la población latina (Ali Bianco - Politico), el peso de los hombres en esta elección (Maureen Dowd - New York Times) y, como siempre, ¡es la economía, estúpido! (Mohamed A. El-Erian - Project Syndicate).
Diez días después de la victoria, sin embargo, la gran pregunta es qué esperar de este nuevo mandato del expresidente (The Economist). Para saber qué esperar podemos fijarnos en qué ha hecho de momento: sin poderes presidenciales sólo puede preparar las políticas que quiere poner en marcha en enero de manera inmediata y anunciar a los miembros de su administración (The Economist). Uno de los fichajes estelares (aunque previsible) es la confirmación de Elon Musk como responsable de eficiencia del gobierno. Joseph E. Stiglitz (Project Syndicate) alertaba hace unos días de los peligros de su unión con Donald Trump. Mientras que David Nasaw (New York Times) augura que es un matrimonio condenado al fracaso. El otro gran nombre destacado de su equipo es el de Susie Wiles como jefe de gabinete, una experimentada asesora que ya ha ejercido como responsable de la campaña. Nos explica Politico porque hay tan buena sintonía entre ella y Trump.
Volviendo a las expectativas de este nuevo mandato, Edward Luce (Financial Times) cree que hay que esperar sed de venganza por parte del expresidente en este nuevo mandato. Para Anne Applebaum (The Atlantic), Trump buscará expandir los límites de lo aceptable. Para ello, tiene un camino bastante llano gracias a haber ganado la llamada trifecta: Casa Blanca, Cámara de Representantes y Senado, lo recoge The Economist, donde también se preguntan qué podrá detener a Trump. David Firestone (New York Times) quiere pensar que los propios republicanos del senado no permitirán que el partido caiga en manos de los extremistas de MAGA. Por si acaso, Stephen I. Vladeck (New York Times) reflexiona sobre las capacidades de los tribunales para detenerlo.
Janan Ganesh (Financial Times) es más optimista y ya piensa en cómo los demócratas podrían detener a Trump en 2028 alzándose de nuevo con la victoria. Lo que es seguro, como dice Jonathan Martin (Politico), es que los progresistas necesitan un debate profundo sobre sus planteamientos ideológicos, tácticos y estratégicos. Coincide con ello Frank Bruni, aunque cree que los resultados de la reflexión se verán con la elección del nuevo candidato presidencial para 2028.
Hasta entonces, Trump liderará el país, también (y sobre todo) en el mostrador internacional. Ian Bremmer (Project Syndicate) reflexiona sobre qué implica la vuelta de Trump para el mundo. Pongamos el foco en China. Angela Huyue Zhang (Project Syndicate) recoge qué esperar de la relación entre ambos países con la vuelta del magnate al poder. Para el país del sol naciente la vuelta de Trump puede ser tanto positiva como negativa (The Economist). Una idea con la que coincide Evan Medeiros (Financial Times), que cree que todo depende de qué cara del presidente vemos.
En definitiva, todo se resume, como dice Kaushik Basu (Project Syndicate), a si Donald Trump podrá cumplir sus promesas.
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