El Cercle d’Economia y la Asociación Catalana de la Empresa Familiar (ASCEF) han organizado, con la colaboración del BBVA, la cuarta edición de "La empresa familiar: Pasado, presente,... ¿Y futuro?", una sesión centrada en la trayectoria de destacadas empresas familiares de sectores bien diferentes pero con el nexo común de haber conseguido incorporar en sus órganos de gobierno a los miembros de las nuevas generaciones familiares.
El presidente de la ASCEF Jaume Alsina ha destacado que "el verdadero reto de las empresas familiares es ser capaces de traspasar el legado" y ha apuntado que los 2 grandes desafíos son "seguir aportando valor a la sociedad intentando que el proyecto empresarial sea viable, relevante y exitoso con el objetivo de atraer el mejor talento, la mejor garantía de excelencia a nivel global". También ha añadido que "es clave dedicar tiempo y recursos a planificar y trabajar una sólida y buena gobernanza corporativa y familiar". Por su parte, el director regional de banca de empresas y corporaciones de BBVA en Cataluña Francisco Pla ha recordado que "intentamos estar siempre al lado de las empresas, también de las familiares, para facilitar su crecimiento lo más inclusivo y sostenible posible".
Pepe Raventós, director general y enólogo de Raventós i Blanc y Lluís Sans, propietario de Santa Eulalia, moderados por Xavier Cambra, exsecretario general del Cercle y presidente de Transmmission, han explicado los principales aciertos y errores del proceso de transición generacional y también cómo afrontan hoy el objetivo de dar continuidad al proyecto empresarial.
En primer lugar se ha hablado del pasado y presente de Raventós i Blanc y Santa Eulàlia. Pepe Raventós ha comentado que "Raventós i Blanc es un proyecto empresarialmente pequeño que comenzó en 1985, pero que cuenta con una historia milenaria como la del Penedès". "Los primeros documentos de la familia son de 1497 y explican que la familia ya producía vino y aceite", ha subrayado. Raventós también ha afirmado que su abuelo vendió su participación de Codorniu a principios de los años 80 y fundó el proyecto actual de Raventós i Blanc. El actual director general y enólogo de Raventós i Blanc ha admitido que "en los años 90 lo pasamos muy mal hasta el punto de tener que vender la casa familiar, pero le hemos sabido dar la vuelta poniendo todos los esfuerzos en la distribución".
Por su parte, el propietario de Santa Eulalia Lluís Sans ha comentado que la empresa nació en 1843 cuando el Sr. Josep Taverner de Guils (Cerdanya) abrió una tienda en el Pla de la Boqueria y más adelante, en 1908, entró su bisabuelo, que en 1917 se tuvo que hacer cargo de la tienda cuando murió el Sr. Taverner. Lluís Sans ha recordado que en 1926 organizaron el primer desfile de alta costura y que los años 50 y 60 fueron décadas esplendorosas para Santa Eulalia con 750 trabajadores. Sans ha admitido que en los años 70, con la crisis del petróleo y el cambio de régimen, Santa Eulalia se tuvo que reinventar lanzando colecciones de prêt-à-porter. Lluís Sans ha explicado que "tal y como hizo mi padre, yo también me incorporé a la empresa muy joven, con 22 años".
Preguntado por la situación actual, Pepe Raventós ha detallado que "Raventós i Blanc factura 10 millones de euros este año, tres cuartas partes del extranjero, lo que hace que no dependamos de la política de precios, que en el sector es el que manda". Lluís Sans ha afirmado que "Santa Eulalia factura 28 millones de euros con 90 trabajadores, con un 70% de los clientes locales y repetidores".
En relación con el futuro, Pepe Raventós ha afirmado que "nuestra vocación es cuidar el entorno, del territorio y de las personas" y ha añadido que "el futuro de Raventós i Blanc lo vemos en el mundo, en la calidad y muy vinculado al territorio". "En el Penedès hay una oportunidad increíble para crear prestigio", ha asegurado. "En el sector de vino, el futuro es el pasado y es clave que el vino te traslade a los orígenes, porque en un mundo global y competitivo, el retorno al pasado es imprescindible", ha apuntado Raventós, que ha explicado que "una de las líneas de trabajo es la creación de una nueva DO Cava". "Quiero que Raventós i Blanc sea una de las 200 bodegas del mundo que tenga un impacto positivo sobre el territorio", ha concluido.
Lluís Sans, propietario de Santa Eulalia, ha destacado que "es clave la buena gobernanza de la empresa para que sobreviva" y ha recordado tres consejos que le dio su abuelo: "no hacer la competencia por precio sino por calidad, tratar bien a la gente porque son la fuerza de la empresa y hacer que siempre mande una única persona con apoyo mayoritario de los accionistas". Lluís Sans también ha criticado con firmeza "el exceso de regulación que afecta a las empresas, especialmente a las pequeñas". "El futuro pasa por seguir dando valor a nuestros clientes y tener claro que, en un mundo globalizado, lo local gana valor", ha añadido. "En un sector donde las modas cambian cada 6 meses, la clave es no cambiar en lo esencial pero adaptándose a los cambios", ha concluido.