Núria Mas, vocal de la Junta Directiva del Cercle d’Economia, introdujo el diálogo sobre el papel que las instituciones financieras pueden jugar en la productividad agradeciendo la presencia de los dos ponentes y haciendo mención que este era el último acto público de Pablo Hernández de Cos como gobernador del Banco de España (BdE) después de seis años al frente de la institución. Mas puso sobre la mesa las proyecciones económicas para España a corto plazo y las expectativas de bajada de tipos de interés prevista para el mes de junio.
Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, se mostró convencido de que la situación económica actual, con el progresivo descenso de la inflación, haría posible una primera bajada de tipos de interés en junio, si bien refirió los riesgos asociados a una "geopolítica inestable". Ya centrado en la economía española, al alza en un "contexto macroeconómico difícil", aseguró que ha mostrado "un grado de resiliencia muy alto" que hará que el BdE, con toda seguridad, mejore la previsión de crecimiento del PIB para este año.
A pesar de la buena evolución, el gobernador puso el énfasis en las "incertidumbres y debilidades" que puede acabar creando un escenario muy negativo. "Una incertidumbre que derivará de la necesidad de reducir el déficit público, una de las principales vulnerabilidades de la economía española en este momento", añadió. Y recordó la entrada en vigor, el próximo año, de nuevas normas europeas que "obligan a España a reducir la deuda medio punto cada año", lo que también puede generar algún efecto negativo sobre el crecimiento. Ante esta "situación inédita", instó a "que el proceso de consolidación fiscal sea gradual y que vaya acompañado de reformas estructurales que den confianza y que puedan generar e, incluso, reducir los efectos negativos de corto plazo del ajuste fiscal".
Baja productividad y paro
Con relación a la baja productividad de la economía española, Hernández de Cos insistió en que esta es, con el paro, la causa principal de la falta de convergencia en renta per cápita con los socios europeos, en un desajuste motivado por diferentes elementos (dinámica de crecimiento marcado por la presencia de muchas empresas pequeñas, exigencias regulatorias excesivas, tasa elevada de abandono escolar e inversión en I+D de los sectores privado y público).
Por su parte, José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank, destacó la necesidad de apuntalar el crecimiento europeo: "Hace tiempo que hablo de forma obsesiva de crecimiento". Europa supone un 6% de la población mundial, un 18% del PIB y un 42% del gasto social -"una situación magnífica"-, pero, si se quiere garantizar el estado del bienestar, hay que seguir potenciando: "Es complejo porque tenemos mucha competencia en un mundo que vive cambios radicales y tenemos que ser conscientes de que no vamos en la buena dirección". En comparación con los Estados Unidos, prosiguió, el crecimiento europeo es inferior y "la situación en nuestro país es aún más débil", lo que aumenta la brecha con los EE. UU. Coincidió con el gobernador del BdE en la necesidad de mejorar la formación y la educación (el paro juvenil en España dobla los datos europeos) y apuntó que una de las principales preocupaciones del empresariado es la falta de personal. Partidario de combinar inversión pública y privada, apostó por apoyar al mundo empresarial para "retener y crear inversión, y también por atraerla" en "una sociedad que crea en los valores empresariales, en el emprendimiento".
El papel de la banca y su resiliencia
Pablo Hernández de Cos se refirió al colchón de capital anticíclico, un instrumento creado por el Comité de Basilea para aumentar la resiliencia del sector bancario en tiempos de riesgo sistémico. Este enfoque preventivo se implementará gradualmente con un aumento del colchón de capital de un punto en dos fases: medio punto en 2025 y otro medio punto en 2026. Una medida, según el gobernador, que añade "un estabilizador macroeconómico adicional, crucial dada la capacidad limitada fiscal actual por la alta deuda y déficit públicos".
Por su parte, Goirigolzarri destacó los grandes desafíos demográficos en España y Europa (envejecimiento de la población y baja natalidad) que impactan sobre el sistema de pensiones y la capacidad de ahorro a largo plazo. Subrayó la importancia de fomentar planes de pensiones privados mediante incentivos fiscales y argumentó que la banca no es el mejor instrumento para financiar inversiones en innovación y startups, sugiriendo que el mercado de capitales y los fondos de venture capital son más adecuados en este campo.
Ambos ponentes hicieron énfasis en la necesidad de una mayor integración europea en términos de mercados de capitales y unión fiscal. Hernández de Cos señaló que una unión fiscal es esencial para financiar de forma adecuada "inversiones en digitalización, cambio climático y defensa". Goirigolzarri apoyó esta visión con la defensa de que el futuro de Europa depende de una mayor integración, especialmente en política fiscal y en la creación de un fondo de garantía de depósitos mutualizado.
Inteligencia Artificial y digitalización
En cuanto al impacto de la Inteligencia Artificial y la digitalización en la banca, Goirigolzarri destacó que las tecnologías transforman con profundidad la producción bancaria y que la transformación tecnológica coincide con un cambio radical en los hábitos de los clientes: habló de un "gran reto estratégico". Y a pesar del "desafío" que suponen los nuevos competidores (FinTech y Big Tech), se mostró optimista gracias a "la sólida base de clientes y la confianza que los bancos tradicionales todavía tienen".
Fusiones bancarias en España y unión bancaria europea
Pablo Hernández de Cos admitió que "a los reguladores nos preocupa tanto un exceso de competencia, por una rentabilidad baja de las entidades, como la poca competencia", al tiempo que subrayaba la importancia de conseguir "un objetivo todavía lejano", como es "una verdadera unión bancaria europea".
Y sobre la opa hostil del BBVA a Banco Sabadell, concluyó: "Analicémosla y una vez tengamos un diagnóstico, tomemos la decisión que sea mejor para la economía". "Sobre la operación yo no tengo nada que decir, ni puedo ni debo. Ya les tocará decidir a los accionistas. Como regulador (el BdE) tendremos que decidir desde el punto de vista de la estabilidad financiera", cerró.