Pol Morillas, vocal de la Junta Directiva del Cercle d’Economia, hizo notar que una "geopolítica compleja" impregna el debate internacional y el día a día en ámbitos como el empresarial, las administraciones públicas y el mundo académico, entre otros, con un creciente número de actores con intereses propios en los principales asuntos globales y en el marco de dinámicas complejas que tienen en las pandemias, los conflictos armados y las relaciones comerciales los principales indicios de una crisis global.
En su intervención, Federica Mogherini, rectora de College of Europe, argumentó que los retos en materia política, pero también los vinculados con la inteligencia artificial y los de origen natural y climáticos –sin olvidar cuestiones relativas al uso de recursos, la demografía o la migración– son de carácter global. Situados en este punto lamentó que "no disponemos de un sistema de gobernanza multilateral que funcione" y que, en su ausencia, es precisamente a través de los conflictos bélicos que se tratan de gestionar estas dinámicas y tendencias globales.
Para Mogherini, exalta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y también exvicepresidenta de la Comisión Europea, la Unión Europea (UE) "es el resultado de la comprensión de que la arquitectura de gobernanza multilateral es más conveniente que las luchas o que la política de poder".
En coherencia con esta reflexión, abogó por "construir alianzas globales para encontrar maneras de dar eficiencia, eficacia y representación" a una arquitectura que haga posible hacer frente a los "problemas complejos" que afrontamos. Y alertó de los peligros que supone una "fragmentación de poderes" que, en su opinión, deriva en un "sistema multipolar sin multilateralismo".
La guerra en Europa: la ONU, otra de sus víctimas
En opinión de la italiana, "la agresión rusa contra Ucrania está muy relacionada con los elementos disfuncionales del sistema multilateral de gobernanza en el mundo". Destacó de esta guerra que "es la primera vez que un miembro permanente del Consejo de Seguridad, también potencia nuclear, invade un país vecino mediante una invasión militar en toda regla". En consecuencia, "una de las mayores víctimas de la agresión rusa no es sólo Ucrania, sino la ONU: es un ataque contra el sistema de Naciones Unidas, su credibilidad y su funcionalidad", sentenció.
Sobre la evolución de este conflicto armado, Mogherini aventuró que Vladimir Putin está pendiente de las elecciones norteamericanas de noviembre: "Creo que Putin en particular tiene claramente un interés en una victoria de Donald Trump", apuntó.
Lucha por la hegemonía sobre la causa palestina y "voluntad política"
Preguntada por Morillas por la situación en Oriente Medio, Federica Mogherini razonó que la que enfrenta a Israel con Hamás "no es solo una guerra por el territorio", toda vez que "hay todavía algunos actores en la región que cuestionan la misma existencia de Israel como estado y su derecho a la seguridad". Junto a ello, destacó los esfuerzos para "tratar de ganar la hegemonía sobre la causa palestina" por parte de Hezbollah (Líbano) e Irán, en apoyo de Hamás, como otro de los ingredientes novedosos del enfrentamiento.
La ponente prosiguió su respuesta advirtiendo que la gestión del posconflicto bélico será muy complicada: "¿Quién gobernará en Gaza cuando la guerra acabe? ¿Qué tipo de autoridad palestina es legítima y, al mismo tiempo, capaz desde la óptica operativa, para reconstruir un territorio y una sociedad completamente devastados?", se preguntó. Al mismo tiempo, defendió que la solución de los dos Estados es la única salida posible –aquí "no hay nada que inventar, porque no hay muchas alternativas", aseveró–, pero que para poder llevarla a cabo "lo más importante es la voluntad política". A ojos de Mogherini, la incógnita es saber quién presidirá los Estados Unidos en el año 2025, porque este factor condicionará la situación en Oriente Medio.
Elecciones en Estados Unidos: ¿repite Biden o vuelve Trump?
La exvicepresidenta de la Comisión Europea indicó que las presidenciales de noviembre en Estados Unidos serán "muy controvertidas, muy polarizadoras, incluso divisivas". Admitió tener la impresión de que "si Donald Trump vuelve como presidente, este segundo mandato será del todo diferente al primero y cruzará los límites que probablemente enfrentó en su primer mandato". Mogherini especuló sobre los posibles efectos de una nueva presidencia de Trump en cuestiones como la integridad de Ucrania, la configuración o la propia pervivencia de la OTAN y el grado de polarización que se podría vivir internamente en Estados Unidos: "No me sorprenderían cosas que van mucho más allá de nuestra imaginación", verbalizó.
Su receta para Europa es clara: "Hay que buscar alianzas y buscar socios en materias concretas, todo ello desde un enfoque creativo". Pero también, "desarrollar aún más nuestra autonomía estratégica, como ya hemos hecho durante la última década".
Relaciones con China: bilateralidad antes que un triángulo con los Estados Unidos
En respuesta al interés de Pol Morillas sobre las relaciones de la Unión Europea (UE) con China, Mogherini precisó que el esquema actual se basa en el marco definido en el año 2019, que a su juicio sigue siendo "válido". Este considera a China un "socio estratégico" en algunos campos (por ejemplo, en la lucha contra el cambio climático), un "competidor" en otros ámbitos (principalmente, de carácter económico) y un "rival sistémico" (en materias relacionadas con el sistema político y la democracia, así como los derechos humanos). Sea como fuere, priorizó mantener un "esquema bilateral" en las relaciones con China porque, en su opinión, "las relaciones entre la UE, Estados Unidos y China son y serán diferentes en el contexto de los retos actuales y futuros”.