Semana de debates intensos en cuatro puntos cardinales de occidente. En Atlanta, se ha celebrado el primer cara a cara entre Donald Trump y Joe Biden. A pesar de las constantes mentiras del expresidente, el hecho de que Biden pareciera desorientado e, incluso, ininteligible, han protagonizado todos los titulares. Adam Wren (Politico), alertaba unas horas antes de por qué era un debate tan importante. Los analistas del New York Times coinciden en el análisis: es un desastre para Biden.
Peter Baker (New York Times) recoge que los demócratas lo han visto tan crudo, que empiezan a pensar en reemplazar a Joe Biden. Steven Shepard (Politico) alerta de que solo pueden cambiar de candidato si Biden quiere. Una opción que los analistas de Politico también creen que vale la pena considerar. Incluso, Thomas L. Friedman (New York Times) coincide, y afirma que, tras el debate de hoy, Biden no tiene ninguna opción de continuar. Un mal debate que llega después de que, tal y como explica David Leonhardt (New York Times), Biden hubiera conseguido recortar distancias en las encuestas.
Unas horas antes que en Estados Unidos, en Bruselas se celebraba el último debate del Consejo Europeo que ha acabado con el acuerdo para renovar a los altos cargos europeos. Moens y Wheaton (Politico) reflexionan sobre el proceso de elección de estos "top jobs" y su legitimidad. Por otro lado, Matina Stevis-Gridneff (New York Times) analiza quién es quién entre los nuevos liderazgos y Eddy Wax pone el foco en los retos que enfrentarán.
Quien no ha acabado demasiado satisfecha con el acuerdo es Giorgia Meloni que esperaba poder sacar más rédito de los resultados de los partidos ultraconservadores europeos. Politico analiza las consecuencias de la discrepancia de la primera ministra italiana. Antonio Costa será el responsable de ponerle solución desde el que para The Economist es el trabajo político más complejo del mundo: presidir el Consejo Europeo. El primer reto, a ojos de Barbara Moens (Politico), será gestionar la presidencia húngara del Consejo de la Unión.
Londres es el tercer punto donde los debates marcan la agenda este mes. El 4 de julio los ingleses decidirán quién debe liderar el país en los próximos años. Todas las encuestas (The Economist) aseguran que los laboristas -encabezados por Keir Starmer- pondrán fin a catorce años de gobierno conservador. De hecho, Rosa Prince (Politico) asegura que Starmer perdió el debate de la BBC y, así y todo, ganará. Un debate en el que el Primer Ministro Rishi Sunak no pudo encontrar el punto de inflexión que buscaba, según Stephen Bush (Financial Times).
De hecho, Bethany Eliot (Politico) apunta un dato importante: también el condado de Essex, históricamente conservador, podría optar por los laboristas. Incluso el estrambótico Nigel Farage podría superarles. Un apunte de Noah Kate (Politico) para identificar al personaje: asegura que Trump aprendió de él. Según The Economist, uno de los motivos de la desfachatez Tory es que los británicos votan en función de la percepción de seguridad económica. Valentina Romei (Financial Times) señala los retos económicos que enfrentará el gobierno próximo.
París es la última capital en la que ponemos el foco. El domingo 30 se vivirá la primera vuelta de unas elecciones provocadas por la debacle del partido de Macron en las elecciones europeas de principios de mes. El candidato continuista, el joven Gabriel Atall, gana en la proximidad de los debates ante un Jordan Bardella que habla a los suyos (Le Monde). Sin embargo, el candidato de Le Pen parte como favorito (The Economist).
Olivier Blanchard (Financial Times) trata de entender qué le ha pasado a Macron para llegar hasta aquí. Mientras que Nicholas Vinocur (Politico) analiza qué se puede esperar de un gobierno de la extrema derecha. En The Economist, por su parte, ponen el foco en cómo podría afectar a las relaciones entre Francia y Europa. La posibilidad de un gobierno ultra ha puesto en alerta a muchos actores. Le Monde pide preservar la democracia en estas elecciones y Clea Caulcutt y Victor Goury-Laffont (Politico) recogen la que podría ser la solución para evitarlo: un gobierno tecnócrata de concentración.
Estos son los cuatro puntos en los que los debates han marcado la agenda internacional y de los que deben surgir los actores responsables de poner hilo en la aguja a los retos que enfrentan las democracias liberales. Y, como democracias, la elección la harán los propios ciudadanos. Así lo ve Daron Acemoglu (Project Syndicate), quien alerta de que, si no favorece a los trabajadores, acabará muriendo al caer en manos de la extrema derecha.
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