Evolución de la productividad en Europa: una mirada regional

Papers del Cercle a cargo de:

Oriol Aspachs Bracons, director de Economía Española en CaixaBank Research y Secretario Técnico de la Junta Directiva del Cercle d’Economia.
Erik Solé Vives, ayudante de investigación en CaixaBank Research.

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Resumen:

El crecimiento de la productividad es clave para el dinamismo económico y el bienestar de la población. En las distintas regiones europeas NUTS 2, la relación entre productividad, los ingresos de la población y las horas trabajadas es muy estrecha. Asimismo, una mayor productividad se suele asociar con una reducción de la población en situación de pobreza. En las dos últimas décadas, el aumento de la productividad ha sido generalizado en prácticamente todas las regiones europeas, pero el ritmo de crecimiento se ha desacelerado. Existen unas diferencias notables entre regiones. El aumento de la productividad ha sido más elevado en las regiones del centro y del norte de Europa, y la distancia entre las regiones más productivas y las menos productivas se ha ensanchado. El crecimiento de la productividad en España ha sido muy bajo, lo que ha provocado que el nivel de la productividad se aleje del de la Unión Europea y de las regiones más productivas, y que se acerque al de las regiones menos productivas. La mayoría de las regiones españolas tienen un nivel de productividad relativamente bajo. El crecimiento de la productividad de las economías catalana y madrileña también ha sido muy bajo en los últimos años, y se alejan de las regiones europeas más productivas. Las regiones de Francia y de Italia experimentan un descenso en la parte alta de la distribución, y las de Grecia, en la parte baja. Este artículo también constata que el efecto de aglomeración de la productividad es muy elevado y que la capital europea de la productividad se aleja de Cataluña y de España, desplazándose hacia el noroeste de Europa.

Resumen ejecutivo:

  • El crecimiento de la productividad mejora el dinamismo económico de un país y el bienestar de sus ciudadanos. Un aumento del 1% de la productividad de una región se asocia con un aumento del PIB per cápita y de los ingresos de sus ciudadanos del 0,9% y del 0,7%, respectivamente, con una reducción de las horas trabajadas por ocupado del 0,2% y con una disminución significativa de la pobreza.
  • El crecimiento de la productividad se ha reducido en los últimos años en Europa y en los principales países avanzados. En Europa, la productividad creció un 1,9% anual en promedio entre los años 2000 y 2006, y un 0,9% entre el 2007 y el 2022. En los Estados Unidos, desde la crisis financiera el crecimiento de la productividad también se ha reducido más de 1 p. p.
  • Las diferencias regionales son significativas. Las regiones europeas se agrupan en dos niveles de productividad, uno relativamente bajo y otro con una productividad dos veces superior. La diferencia entre la productividad de uno y otro grupo ha aumentado de manera notable en las dos últimas décadas.
  • El crecimiento de la productividad en España ha sido muy bajo las últimas dos décadas, lo que ha hecho que el nivel de productividad se aleje del de la Unión Europea i se acerque al de las regiones menos productivas. Entre los años 2000 y 2022, la distancia respecto a la Unión Europea se ha doblado. La productividad ha pasado de ser un 6% inferior a un 12%. La mayoría de las regiones españolas tienen un nivel de productividad relativamente bajo. Solo el País Vasco presenta un nivel de productividad relativamente elevado y se acerca al de las regiones europeas más productivas.
  • El crecimiento de la productividad de las economías catalana y madrileña ha sido muy bajo en los últimos años. La productividad de estas regiones se aleja de la de las regiones europeas más productivas. La distancia respecto a las regiones más productivas ha aumentado un 16% en el caso de Cataluña y un 21% la madrileña.
  • La movilidad en el ranking regional de productividad es muy elevada. El 46% de las regiones europeas cambian de categoría en una escala del 1 al 5 en las dos últimas décadas, y un 36% de las regiones que se situaban en el grupo de productividad más elevada en el año 2000 ya no lo está en el año 2022.
  • Las regiones del centro y del norte de Europa refuerzan su liderazgo en la distribución geográfica de la productividad. En el año 2022, el 82% de las regiones con el nivel de productividad más elevado se encuentran en un corredor que, de norte a sur, va de Dinamarca, Bélgica y los Países Bajos, baja hasta Alemania y acaba en Austria.
  • Francia e Italia pierden fuelle y prácticamente ya no tienen ninguna región líder en productividad. La mitad de las regiones que bajan de los grupos de productividad más elevada pertenecen a estos dos países.
  • Las regiones griegas han caído hasta la cola de la productividad europea mientras que varias regiones del este de Europa han mejorado de manera significativa su posición. El 79% de les regiones que bajan al grupo de productividad más baja entre los años 2000 y 2022 pertenecen al país heleno, mientras que el 100% de las regiones que salen de este grupo son países del este de Europa.
  • La concentración geográfica de la productividad es importante. El 94% de las regiones más productivas tienen como mínimo una región vecina con un nivel de productividad similar al suyo.
  • Una región difícilmente podrá mejorar su productividad si las de su alrededor se quedan atrás. Si más de la mitad de las regiones adyacentes tienen un nivel de productividad superior, la probabilidad de escalar posiciones en el ranking de productividad es del 41%. En cambio, si más de la mitad de las regiones vecinas tienen una productividad inferior, la probabilidad de subir es del 21% y la de bajar, del 38%.
  • La capital europea de la productividad se va hacia el noreste de Europa. Antes de la crisis financiera, la capital europea de la productividad se situaba en Suiza, entre Davos, Milán y Basilea, a 1.066 kilómetros de Barcelona en coche. En cambio, actualmente se encuentra entre Baden-Württemberg y Baviera. Concretamente, entre Nuremberg, Stuttgart y Múnich, a 1.381 kilómetros de la Plaza Sant Jaume.