Dos actores internacionales han sido los protagonistas de las últimas semanas. Se trata, en primer lugar, de Carlos III, coronado hace unos días Rey de Inglaterra, meses después de la muerte de la Reina Isabel II. Anne Applebaum (The Atlantic), analiza cuál es el futuro que le espera al nuevo Rey, mientras que Tanya Gold (Politico) ha analizado el simbolismo de la coronación. Una coronación que ha suscitado burlas desde el otro lado del Atlántico, pues los norteamericanos han hecho befa de la existencia de un rey en pleno siglo XXI. Unas burlas que, para Jemima Kelly (Financial Times), esconden una fuerte inseguridad dentro del si de los Estados Unidos.
Precisamente al otro lado del océano se encuentra el segundo protagonista de la semana: Donald Trump. El expresidente protagonizó una entrevista a la CNN que no dejó indiferente. Frank Bruni (New York Times), ha analizado los titulares que dejó el magnate. Después de esta entrevista el Financial Times dedicó su editorial a destacar el peligro que puede suponer su vuelta a la Casa Blanca. Precisamente Rich Lowry ha escrito a Politico sobre las oportunidades de Trump, y la estrategia que tiene que seguir para volver al Despacho Oval.
Sea capaz o no de obrar la vuelta, lo que es innegable es que Trump ha desplazado el partido republicano hacia el extremo. Thomas B. Edsall (New York Times) ha analizado como ha sido este movimiento del partido y como pone en peligro el juego democràtico. Uno de los aspectos en que más se ha desplazaado el partido conservador es en la negociación de aspectos bipartidos como el límite de deuda. Para Mike Lofgren (New York Times) esta nueva política fiscal republicana pone en peligro el nivel de vida de los americanos.
La capacidad económica de la administración Biden marcrá también su agenda internacional. En concreto, su capacidad de operar en la confrontación con China. Nouriel Roubini (Project Syndicate) ha analizado cuál es la situación actual del conflicto. Dani Rodrik (Project Syndicate) analiza el cambio de discurso económico que ha implementado la Casa Blanca.
Las acciones de Trump no solo tienen impacto a escala interna. Su obra se extiende alrededor del mundo, dicen Maciej Kisilowski y Anna Wojciuk (Project Syndicate), como por ejemplo a Turquia o Polonia. En cierta manera, Trump ha puesto en marcha su propio reinado.