Como convocatoria del Premio Ensenyament 2024, la Fundació Cercle d’Economia ha organizado una conferencia a cargo de João Costa, ministro de Educación de Portugal, que ha presentado los detalles y resultados de la reforma educativa que ha emprendido Portugal en los últimos años bajo su liderazgo.
El ministro Costa ha reivindicado la escuela como "la única esperanza para promover la igualdad social" y ha defendido que la renovación del modelo educativo de su país se ha basado en “el éxito de competencias de los alumnos, la inclusión y la educación de la ciudadanía".
Costa ha asegurado que la educación es "la guardiana de la calidad de la democracia" y que el valor más importante del sistema educativo es preservar la libertad de los ciudadanos.
También ha valorado el proceso de alfabetización llevado a cabo en Portugal y el incremento del nivel de competencias de sus ciudadanos en los últimos 30 años, que han llevado al país a pasar del 50% al 6% de tasa de abandono escolar antes de los 16 años.
En este sentido, ha defendido que la formación de los ciudadanos es lo que posibilita el desarrollo de un país y que, cuando una generación se forma, quiere que la siguiente también lo haga: "La educación es lo que lleva a una persona a salir de la pobreza; hacen falta generaciones pero funciona".
El ministro de Educación de Portugal también ha apostado por la educación infantil como determinante para "el éxito" escolar, por lo que ha defendido una inversión fuerte en los primeros años de formación, y también ha reivindicado la apuesta por la Formación Profesional, ya que da respuesta a las necesidades del sector productivo.
Además ha asegurado que la escuela debe organizarse de una manera diferente y que "la interdisciplinariedad debe jugar un papel fundamental" y se ha mostrado crítico con el hecho de que los conocimientos estén organizados por asignaturas al igual que se hacía siglos atrás.
El ministro Costa ha destacado algunas acciones concretas en educación que ha impulsado Portugal, como el Plan Nacional de Lectura; el liderazgo de los directores de los centros educativos; la inversión en escuela inclusiva y el aprendizaje a lo largo de la vida. También ha citado la extensión de la edad obligatoria de educación hasta los 18 años; monitorizar y hacer seguimiento de los resultados académicos de los alumnos e impulsar en los estudiantes "sus capacidades creativas, la resolución de problemas y trabajar de forma autónoma y con otras personas". Finalmente, ha reivindicado la formación en artes y en "sensibilidad estética y artística" para incentivar a los alumnos a aprender.
En el acto de presentación del XV Premio Ensenyament Fundació Cercle d’Economia también ha intervenido la consejera de Educación de la Generalitat de Catalunya Anna Simó. Simó ha asegurado que "no somos de los países que, de media, ha sufrido más pérdida educativa durante la pandemia", pero ha admitido que "esto no nos tranquiliza, todo lo contrario". "Estamos centrando los esfuerzos en ver cómo con el sistema y los recursos que tenemos podemos alcanzar unos mejores resultados educativos", ha añadido.
La consellera Simó también ha destacado que los últimos resultados de las competencias básicas "rompen la tendencia a la baja" y que "uno de los datos que nos satisface más es la mejora de los centros de mayor complejidad". "En este avance juegan un papel relevante los Planes Educativos de Entorno", ha explicado.
Finalmente, Simó ha agradecido y valorado el papel del profesorado: "en todo el país tenemos docentes y equipos directivos implicados, que se enfrentan a situaciones de vulnerabilidad, de absentismo, de acoso, de descenso de competencias, de gestión de la diversidad cultural y lingüística."
Coincidiendo con la convocatoria del Premio Ensenyament 2024, la Fundació Cercle d’Economia ha querido mostrar su preocupación por los resultados del sistema educativo en Cataluña y alertar de que algunos de los ejercicios de evaluación de los alumnos catalanes demuestran que no se está yendo por el buen camino. A nivel interno, las pruebas de competencias básicas a los estudiantes de primaria y de ESO que hace la Generalitat de Catalunya muestran repetidamente unos resultados poco satisfactorios, aunque hayan mejorado un poco este último año. En la comparativa internacional, la última edición del informe PIRLS (Estudio Internacional de Progreso de Comprensión Lectora), muestra que los alumnos catalanes de cuarto de primaria han bajado 15 puntos en comprensión lectora entre 2016 y 2021 y sitúan a Cataluña a la cola de España.
Por otro lado, la OCDE, en el último informe sobre España, ha destacado las carencias de nuestro sistema educativo: todavía tenemos una tasa demasiado elevada de abandono escolar y de repetidores en secundaria. Aunque haya mejorado, todavía demasiado jóvenes dejan el sistema educativo con un nivel demasiado bajo. Y, también, a pesar de las mejoras, todavía hay una tasa de matriculación demasiado baja en la formación profesional.
Ante esta realidad, la Fundació Cercle d’Economia considera que el ejercicio responsable de la dirección y la autonomía de escuelas e institutos es la clave para la mejora en la calidad de la enseñanza no universitaria. Una autonomía que cree que debería ir ligada a la necesidad de evaluar los resultados educativos. En definitiva, dirección, autonomía y evaluación son las tres patas de la mejora en la enseñanza.
En este sentido, las previsiones de dotar a las direcciones de las escuelas e institutos de más funciones y capacidades no se acaban de cumplir. En especial, los equipos directivos de las escuelas e institutos públicos no tienen la capacidad suficiente de conformar sus claustros ni de dirigir de forma efectiva sus centros. En este mismo sentido, las escuelas e institutos (especialmente los públicos) no tienen la autonomía que deberían tener.
Aunque parece que hay un acuerdo político generalizado sobre la importancia de la enseñanza, no se han materializado las transformaciones necesarias del sistema para dotar de más capacidades directivas a los centros, más autonomía, ni más evaluación. Y por supuesto, la Fundación del Cercle considera que también hacen falta más recursos que ayuden a bajar la ratio de estudiantes por clase.
La Fundació Cercle d’Economia también recuerda que los maestros y profesorado, el alumnado y los cambios en los proyectos y directores/as de los centros son los catalizadores del cambio. Por ello, considera que hay que perseverar y ampliar de forma significativa las reformas en la organización de las plantillas, la selección y formación de los equipos docentes y en la dirección de los centros para facilitar estos procesos de autonomía y de mejora educativa.
Hay que encontrar la manera de elaborar indicadores y evidencias que detecten rápidamente los centros que no acaban de alcanzar sus objetivos, alumnos que no aprenden tanto como deberían o profesionales que necesiten apoyo y acompañamiento para que el sistema educativo pueda actuar con celeridad. La Fundació Cercle d’Economia entiende que las pruebas de competencias básicas van en esta dirección y valora positivamente que la Generalitat de Catalunya esté tomando medidas para corregir los déficits detectados.
Por otro lado, la Fundació Cercle d’Economia apunta que el auge de la inmigración en los últimos años ha supuesto que el alumnado sea cada vez más diverso. Por ello considera que es necesario que las escuelas y los institutos puedan dar respuesta adecuada a esta diversidad, adaptándose a los ritmos, capacidades y posibilidades de cada alumno. Esta complejidad supone un gran esfuerzo para el equipo docente y hay que dotarlo de apoyos humanos y recursos metodológicos y materiales.
Además, la Fundació Cercle d’Economia destaca la importancia de evaluar al profesorado para que pueda ser una herramienta que ayude a avanzar a los centros y a los profesionales. También insta a facilitar el intercambio de experiencias y a colaborar.
Finalmente, desde la Fundació Cercle d’Economia se quiere hacer mención a una cuestión que de una forma u otra está detrás de los diversos puntos tratados: la ampliación de la sexta hora lectiva en las escuelas públicas de primaria, una medida que apoyó cuando se puso en marcha. Aunque se puede entender que fuera anulada en su momento por causas excepcionales, la Fundació Cercle d’Economia considera que, en un contexto de normalización, convendría recuperarla con el fin de asegurar la equidad entre la escuela pública y la concertada. Esta diferencia es una causa de desigualdad que nuestro sistema educativo no debería permitir.