Las claves geopolíticas del mes. Diciembre 2023

Crisis humanitaria sin precedentes en Gaza

El Cercle d’Economia, junto con Cidob, ofrece cada mes un análisis breve de la situación económica global

Claves geopolíticas diciembre 2023 | Crisis humanitaria sin precedentes en Gaza

Por Pol Morillas

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Se agota el derecho a la legítima defensa de Israel. Tras unos días de tregua humanitaria en Gaza y de intercambio de rehenes y prisioneros, Israel ha retomado la ofensiva con ataques sin precedentes contra Gaza. Tras el desplazamiento forzoso de los habitantes de Gaza de norte a sur, Israel ha aumentado la ofensiva en la zona meridional de la Franja, donde se concentra la mayor parte de la población desplazada. Los bombardeos incesantes y el bloqueo de la entrada de la ayuda humanitaria amenazan con la peor crisis humanitaria de las últimas décadas, sin que el gobierno de Israel muestre señales de querer disminuir la intensidad de su operación por "tierra, mar y aire" hasta "eliminar a Hamás". Rafah, la población más cercana a Egipto, ve como aumentan los campamentos de desplazados internos, y crece la sensación de que el fin último de Israel es expulsar a los habitantes de Gaza a Egipto para despoblar así la Franja, aunque las autoridades egipcias quieran evitar una oleada masiva de refugiados a toda costa.

Hay serias dudas sobre la naturaleza actual de la operación israelí. En primer lugar, el propósito de erradicar Hamás parece un objetivo inalcanzable dada la imbricación del grupo en la política, la economía, las ayudas sociales, la educación, y, por supuesto, la defensa de la Franja. Ocupar la Franja no parece ser un escenario deseado por los estrategas israelíes. Pierden fuerza los argumentos que sostienen que esta operación deriva del legítimo derecho a la defensa tras los atentados del 7 de octubre. Con un total de muertes que se acerca ya a las 20.000, la inmensa mayoría civiles, Israel pierde la batalla narrativa sobre la operación. En el plano interno, las encuestas de opinión muestran un fuerte desgaste del gobierno. El 44% de los israelíes considera necesaria la negociación con Hamas para la liberación de los rehenes, y sólo un 26% considera que no se debe negociar, bajo riesgo de debilitar los objetivos militares de la operación. Entre el 60 y 70% de los israelíes, dependiendo de las encuestas, desaprueban la gestión del gobierno de Netanyahu, a quien acechan distintos casos de corrupción y la sombra de Benny Gantz como posible reemplazo al frente del país. En el plano internacional, Estados Unidos sigue dando la cobertura internacional necesaria a la ofensiva de Israel, al mismo tiempo que alerta de la grave crisis humanitaria que está provocando.

Washington vetó de nuevo una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que exigía un alto al fuego humanitario (el resto de los países del CSNU votaron a favor, salvo el Reino Unido, que se abstuvo). La propuesta de resolución surgió de la iniciativa del Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres quien, en un movimiento sin precedentes recientes, invocó el artículo 99 de la Carta para que el CSNU se pronunciase sobre un asunto que amenaza a la paz y la seguridad internacional. Las críticas de Israel a Guterres y a las Naciones Unidas llevaron a su Ministro de Asuntos Exteriores a considerar al Secretario General "un peligro para la paz mundial" que da apoyo "a la organización terrorista Hamas y un respaldo al asesinato de ancianos, el secuestro de bebés y la violación de mujeres". A todos los efectos, Israel seguirá manteniendo la crudeza de su operación militar, e incluso amenaza con extenderla al norte en un nuevo frente contra Hezbollah, pero va perdiendo, entre tanto, la batalla narrativa internacional, en la que recabó múltiples simpatías tras los atroces atentados terroristas del 7 de octubre.

Cumbre China-UE. La primera cumbre en persona en cuatro años entre los líderes europeos y de China se celebró en Pequín el 7 de diciembre. Es la 24ª cumbre de este tipo, y se produjo después de la cumbre bilateral Estados Unidos-China, en la que Biden y Xi Jinping acordaron reforzar la cooperación entre las dos principales potencias internacionales, también en el ámbito del intercambio de información militar. La cumbre UE-China venía precedida por un clima favorable a las relaciones de cooperación, pero sus resultados fueron pobres. Charles Michel, Ursula von der Leyen y Xi Jinping centraron sus discusiones en comercio internacional, con el debate de fondo sobre el "desacople" de la economía europea del gigante asiático para garantizar una mayor autonomía estratégica, en particular en sectores vulnerables como el tecnológico, o la necesidad de "disminuir los riesgos" del comercio con China. La disputa sobre las limitaciones a los coches eléctricos chinos por parte de la UE había centrado las discusiones previas a la cumbre.

China quiere que Europa se acerque a sus postulados sobre la necesidad de construir un orden multipolar justo y que disminuya la preponderancia norteamericana, mientras que Europa quiere reforzar su posición propia, dado el creciente déficit comercial en sectores críticos como las tecnologías verdes. También desearía que China no sirva como plataforma para que Rusia sortee los efectos de las sanciones europeas tras la guerra de Ucrania y que deje de suministrar productos tecnológicos que contribuyen a los objetivos militares de Rusia. La cumbre, más allá de reiterar los mensajes sobre la necesidad de mantener los canales de comunicación, cooperación y diplomacia abiertos, no produjo resultados concretos en las respectivas posiciones sobre la guerra de Ucrania, las relaciones entre China y Rusia o los derechos humanos.

Se cierra el año en el Consejo Europeo. Las discusiones de los líderes europeos la semana que viene en Bruselas estarán marcadas por la crisis en Gaza, aunque esta tenía que haber sido la cumbre que diera luz verde al proceso de adhesión de Ucrania en la UE. En un momento en el que se agotan los recursos financieros y de defensa de los aliados en Ucrania, crecen las dudas sobre la perspectiva de adhesión europea. Tras la recomendación de la Comisión Europea para que los estados miembros abrieran las negociaciones, un país mantiene en vilo la estrategia política europea hacia Ucrania.

Viktor Orbán, en su enésimo pulso a Bruselas, ha declarado que bloqueará la decisión -que debe tomarse por unanimidad- para que Ucrania empiece sus negociaciones de adhesión. También amenaza con bloquear un paquete de ayudas que asciende a 50.000 millones de euros, consciente de que en el otro lado del Atlántico disminuye la predisposición a seguir financiando a Ucrania (una encuesta reciente muestra como la mitad de los votantes americanos creen que EEUU está gastando demasiados recursos en Ucrania). El argumento de Orbán es la alta corrupción en el país, (la semana pasada catalogó a Ucrania como "uno de los países más corruptos del mundo"), aunque en el trasfondo sigue estando la disputa entre Budapest y Bruselas sobre el estado de derecho y la democracia en Hungría, los fondos comunitarios congelados como consecuencia de la deriva iliberal del país, y la cercanía de Orbán con Putin, que le permite erigirse como socio díscolo y euroescéptico del bloque. También hay elementos de política interna importantes, como el miedo del campo húngaro al mercado agrícola ucraniano, y la necesaria reforma del sistema de subsidios a este sector antes del empiece de las negociaciones de adhesión.

La COP de los combustibles fósiles. Los Emiratos Árabes Unidos son los anfitriones de la COP28, un país plenamente dependiente de la explotación y producción de hidrocarburos, en un momento de compromisos de descarbonización de la economía mundial para luchar contra el cambio climático. 2023 ya es el año más cálido de la historia. La cumbre de este año forma parte también de los esfuerzos recurrentes de los países del Golfo para proyectar poder internacional mediante la celebración de grandes cumbres, eventos deportivos y ferias internacionales. Los EAU se presentan al mundo como un laboratorio para la innovación tecnológica en materia medioambiental, incluyendo energías renovables y mecanismos de captura de emisiones. La COP28 debe avanzar en la consecución de los Acuerdos de París, en particular en materia de adaptación a la reducción de los combustibles fósiles y a los recursos disponibles para los países más afectados por el cambio climático. Pero lo cierto es que los países productores de petróleo, con sede en Dubái estos días, presionan para que el comunicado final no mencione la necesidad de abandonar o reducir los combustibles fósiles para luchar contra el cambio climático.

Venezuela abre otro escenario internacional de disputa territorial. En una época marcada por el resurgir de los conflictos territoriales y derivados de la soberanía, se abre un nuevo frente, esta vez en América Latina. Tras los conflictos de Ucrania y Gaza, otra disputa por las fronteras de un estado ha estallado entre Venezuela y Guyana. Algunos ven la sombra alargada de Rusia, Irán y China en su voluntad de desestabilización generalizada del orden internacional, esta vez amenazando la soberanía de Guyana, un pequeño estado aliado con Occidente. Nicolás Maduro organizó una consulta el pasado 3 de diciembre para anexionarse los 160.000 kms2 del territorio de Esequibo, que dio un resultado ampliamente favorable, aunque con baja participación. La controversia territorial arranca en 1777 y cubre más de dos tercios del territorio de Guyana, pero tomó nuevas proporciones a partir de 2015, cuando la empresa estadounidense Exxon Mobile anunció el descubrimiento de importantes reservas de petróleo, y Guyana dio el permiso a esta empresa para explotarlos. Esequibo es un área rica en recursos naturales, más allá de petróleo y gas natural: oro, diamantes, cobre, aluminio, etc. Buena parte de sus recursos están todavía por explotar. Además de los intereses de Maduro en un momento de tensión en la economía venezolana por la disminución de la producción de petróleo y la inflación creciente, se interpreta su movimiento como una manera de desviar la atención de los problemas internos en vistas a las elecciones de 2024. Se teme una posible escalada militar del conflicto si se consolida la política de hechos consumados de Maduro, que ha presentado un nuevo mapa oficial del país que incorpora ya el territorio de Esequibo.