Semanas después del inicio, Rusia vive las consecuencias de la ofensiva iniciada. Nina L. Khrushcheva (Project Syndicate) alerta que el conflicto puede destruir el país. Una potencia que cada vez se ve más perjudicada económicamente. Paul Krugman (The New York Times) pone el foco en esto y explica el curioso caso del comportamiento de su moneda. A pesar de que el país ruso mira de hacerse fuerte con su riqueza mineral, Simón Johnson y Oleg Ústenko (Project Syndicate) alertan que también flaquea en esta vertiente. Todo ello, a ojos de Katie Martin (Financial Times), hacen que Putin lleve los mercados de nuevo en la era de los 90.
Pero también globalmente vemos las consecuencias. Joseph E. Stiglitz (Project Syndicate) afirma que está siendo una terapia de shock para el neoliberalismo. Anne Applebaum (The Atlantic) pone también de manifiesto que no hay una comunión internacional liberal y alerta de los riesgos que comporta. Tampoco económicamente, tal como apunta Martin Sandbu (Financial Times), quien reclama que Europa dé un paso adelante y proponga un nuevo Plan Marshall.
Pero el panorama internacional va más allá de la guerra. Francia vivía esta semana una primera vuelta presidencial en la que, sin sorpresas, han avanzado el Presidente Macron y la ultraderechista Marine Le Pen. Gideon Rachman (Financial Times) advierte que hay que pensar en cómo sería un gobierno de Le Pen. Unas elecciones que, para Paul Taylor (Politico) se podrían acabar decidiendo en una tercera vuelta en las calles de Francia.
El resultado será clave también en la llanura europea. Un cambio de rumbo, removería una unión debilitada por el conflicto Ucraniano y las consecuencias de la pandemia. Barry Eichengreen (Project Syndicate) alerta que la economía de la eurozona se encuentra al corte del cuchillo. Sobre todo afectada por una inflación sobre la cual Wiliam A. Galston (The Wall Street Journal) se pregunta cómo acabará.
Todo ello con un ojo fijado en Shangái, tal y como pide Robin Harding (Financial Times), en el que un nuevo brote de covid-19 (el peor desde el inicio de la pandemia) puede tener consecuencias económicas de impacto mundial. Esperamos no haber vuelto a celebrar victoria demasiada temprano.
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