Durante la larga guerra de Vietnam, el pentágono vio nacer el término Callateral damage para referirse a las víctimas no intencionadas del conflicto. Civiles, soldados muertos por fuego amigo, etc. Con el paso del tiempo, el término se ha ido refiriendo a aquellas consecuencias de la guerra que, de forma no directa, surgen del conflicto. Más de veinte días después del inicio del conflicto Europa, América y el Mundo comienzan a ver y vivir los daños colaterales de la invasión de Ucrania.
El primer impacto ha sido en la economía mundial. Paul Krugman apunta en The New York Times cuáles pueden ser las principales afectaciones en la economía global. Mohamed A. El-Eiran (Project Syndicate), lo amplía y concreta en cuatro niveles: directos, multiplicadores, indirectos y sistémicos. Pero es Martin Wolf (Financial Times) quien va más allá afirmando que puede suponer rehacer el mundo. Coincide Bret Stephens quien en The New York Times empieza a apuntar cómo serán estas nuevas reglas del nuevo panorama mundial.
Veremos cuáles son las medidas para corregir estos posibles escenarios. Jayati Gosh (Project Syndicate) incide en la forma en que agrava y perjudica la crisis de suministros vivida desde la pandemia y la inflación causada de rebote. Estados Unidos ha dado un paso adelante con el aumento de los tipos de interés para ponerle fin, pero el contexto internacional sigue a la expectativa de China. Nancy Qian (Project Syndicate) apunta si el conflicto puede contener el crecimiento del país del sol naciente ante los rumores de colaboración con el régimen de Putin. Un Putin que se está viendo perjudicado, según Danilo Taino en el Corriere de la Sera, por las sanciones interpuestas por el bloque occidental, y que, por tanto, necesita nuevos aliados. Veremos si finalmente el gigante asiático se convierte y cómo podría afectar esto a un panorama de conflicto internacional mayor, tal y como recoge George Gross (Project Syndicate).
Sea como fuere, cambie lo que cambie, lo que nunca cambia es quien sufre la mayor consecuencia de las guerras. Quienes son los daños colaterales a evitar. Las familias, las personas, las vidas que rompe la guerra. Jean-Louis Panné nos recuerda en Le Figaró el genocidio que vivió Ucrania en los años 30. Hay historias que hay que recordar.
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