El Cercle d'Economia os ofrece quincenalmente lecturas sobre temas de la actualidad económica, política y social.
Los ecos del Foro Económico Mundial de Davos han marcado las opiniones de los últimos días en el plano político y económico.
A pesar de la ausencia de Donald Trump y de Emmanuel Macron, agobiados por sus problemas internos, Davos acogió algunos debates apasionados. Uno de ellos es el abierto a raíz de la carta que envió al Foro el inversor Seth Klarman, conocido como el oráculo de Boston. The New York Times difundió su contenido para suscriptores. En esencia lo que plantea la misiva es la necesidad de vincular el análisis sobre la marcha de la economía con la creciente inestabilidad social que conduce a la “calamidad” si no se alcanza un nuevo pacto. En una línea muy similar, Martin Wolf desde el Financial Times exigió a las élites de Davos que reflexionen sobre su responsabilidad en la pujanza actual del autoritarismo.
Los dos grandes temas de la edición de este año han sido de nuevo la inteligencia artificial y el cambio limático. Sobre el primero destaca esta aportación de George Soros vinculada al gobierno chino pero que plantea temas muy similares a los que puso en danza Yuval Noah Harari (el célebre autor de Sapiens) en El País-Ideas con el sugerente título de "Los cerebros hackeados votan". Sobre cambio climático, Piergiorgio M. Sandri hizo esta buena síntesis en La Vanguardia.
Con todo, el balance de esta edición del Foro ha sido agridulce: la cara podemos encontrar en este análisis de Miguel Otero (Instituto Elcano) en Cinco Días y la cruz en el de Giddeon Ragman en el Financial Times, decepcionado por el nivel de los asistentes y de los debates. Entremedio, Pierre Veya, desde la Tribune de Genève, glorifica Davos como el último reducto del multilateralismo.
Las lecturas en clave interna de la presencia del presidente Pedro Sánchez en Davos se pueden encontrar en los artículos Carlos Segovia y Fernando Vallespín.
Y como contrapunto a esta recopilación de artículos relacionados con Davos 2019 resulta interesante e inspirador leer la carta que Larry Fink, Chairman and Chief Executive Officer de BlackRock, envía a los CEO de las empresas en las que invierte en nombre de sus clientes, titulada este año Purpose & Profit